No hay nada mejor al final de un día largo y duro en el trabajo o en casa que acostarse en su esterilla de yoga para relajarse, meditar y estirarse en silencio. El yoga no solo es excelente para tu cuerpo, sino también para el bienestar, ya que le brinda la oportunidad de alejarse de la tecnología y de la vida cotidiana.
Sin embargo, para aquellos que usan gafas, practicar yoga puede conllevar sus propios desafíos únicos. Los lentes pueden deslizarse por nuestras narices mientras sudamos o caerse cuando hacemos posturas con la cabeza hacia abajo y, en general, nos pueden estresar por la preocupación de mantener los anteojos en la cara en un momento en que deberíamos relajarnos y desconectarnos.
Entonces, en un intento por intentar recuperar esa sensación de calma zen durante tu práctica de yoga, hemos analizado algunas opciones que podrían ayudarte a asegurar tus gafas durante tu rutina.
Montura delgadas y ligeras
Una opción para ti podría ser comprar unas gafas que uses específicamente para tu práctica de yoga. Recomendaría un marco liviano que esté hecho de plástico en lugar de metal para que sea menos probable que se caigan cuando hagas posturas con la cabeza hacia abajo. Puedes reducir aún más el peso de tus gafas adelgazando tus lentes. Esto es particularmente útil si tienes una graduación muy fuerte.
Brazos laterales más ajustados
Esta opción se puede combinar con mi primera sugerencia, que es comprar unas gafas que sean específicas para practicar yoga. Una vez que tengas un par para este uso únicamente, te recomiendo que ajustes los anteojos profesionalmente, un poco más de lo que normalmente los tendría. Lo que esto hará es reducir la probabilidad de que las gafas se le resbalen por la cara si sudas durante los ejercicios. Aunque también es importante asegurarse de que no estén demasiado apretados, o podrían producirte dolor de cabeza durante tu entrenamiento.
Asegúralas con una correa
Una forma de asegurarte de que sus anteojos no se vayan a ninguna parte durante tu práctica de yoga es comprar una correa que rodee la parte posterior de tu cuello que evitará que los anteojos se caigan por la cara o se caigan por completo. Utiliza una correa alrededor de la parte posterior de la cabeza para asegurarte de que tus gafas no se muevan durante los ejercicios, especialmente cuando des vueltas y vueltas que requieren que esté boca abajo varias veces en rápida sucesión. Al comprar una correa, aún puedes usar tus gafas de día a día, pero puedes personalizarlas para que no interfieran con su práctica de yoga.
Cambia tu rutina
Finalmente, una idea que se centra menos en las gafas y más en el yoga en sí, es ajustar tu práctica para que hagas menos movimientos que requieran que tu cabeza esté boca abajo. Esto significará que es menos probable que tus anteojos se caigan y te molesten durante tu ejercicio. Si no estás seguro de cómo puedes ajustar sus movimientos, entonces es una buena idea hablar con tu profesor de yoga si asiste a una clase regular o busca nuevas posiciones en línea o usando una aplicación de Yoga. Debes asegurarse de que tus posiciones y movimientos sigan siendo seguros, pero al hacer algunos ajustes leves, el estrés de usar anteojos durante tu rutina puede reducirse significativamente.
¿Cuál de las ideas anteriores crees que sería más eficaz en tu práctica de yoga? ¿Tienes alguna otra idea de cómo la gente puede ajustar su práctica para incluir el uso de anteojos? ¡Déjanos un comentario!