El COVID-19 ha cambiado nuestro estilo de vida de formas inimaginables: cómo trabajamos, cocinamos, nos ejercitamos, incluso nuestras rutinas de alimentación y sueño. Y si bien se ha escrito, dicho y discutido mucho sobre todos estos aspectos, la población joven está afrontando cambios significativos en su propio mundo: la manera cómo estudian.
El cierre indefinido de las instituciones de educación primaria y las universidades de nivel superior ha cambiado la formación académica de un salón de clases tradicional a reuniones completamente virtuales. Aunque esto ha facilitado la continuidad del aprendizaje para los estudiantes de la escuela y la universidad, la desventaja del aumento del tiempo frente a la pantalla son los casos cada vez mayores de enfermedades oculares.
Quejas comunes de los jóvenes:
Hoy en día, oftalmólogos y pediatras de muchos países informan de un aumento alarmante de anomalías de salud relacionadas con la visión entre los jóvenes, tanto niños como adolescentes. Estos incluyen fatiga ocular, sequedad, enrojecimiento, inflamación, síndrome de visión por computadora y visión borrosa, además de problemas para enfocar claramente en objetos más lejanos.
Consejos y pautas útiles para que los estudiantes protejan sus ojos durante el teleprendizaje:
Parpadear
Las personas suelen parpadear entre 12 y 14 veces en un minuto. Sin embargo, cuando estás absorto mientras lees capítulos de libros o miras videos educativos en la pantalla, la tasa de parpadeo se reduce enormemente, lo que provoca picazón y sequedad en los ojos. Abrir y cerrar los párpados suavemente, 10 veces cada 30 minutos, ayuda a humedecer las capas exteriores de los ojos con secreciones de las glándulas lagrimales, evitando así la irritación.
Masaje con las palmas de las manos
Dado que las computadoras portátiles o tabletas se colocan bastante cerca de los ojos mientras se siguen los tutoriales en línea, los músculos oculares se estiran mucho, además de estar expuestos a la luz brillante durante un período prolongado de tiempo. Presionar las palmas una contra la otra para generar algo de calor y colocarlas en los párpados es un ejercicio maravilloso que reduce la fatiga visual y calma los ojos.
Iluminación adecuada
Además de una habitación tranquila, con una cómoda silla de estudio y un escritorio, la iluminación natural suficiente es absolutamente esencial para evitar el agotamiento visual. La mejor solución para esto son las lecciones matutinas, con un montón de luz solar que se filtre por las ventanas. Y si estás inscrito en clases nocturnas, evita el resplandor del LED blanco o las bombillas fluorescentes y opta por fuentes de luz cálida.
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